Empezar por los principios: visión y misión
El principio de escalar no es ni la financiación, ni el producto, ni las ventas, ni las operaciones. El principio es algo aparentemente etéreo pero ciertamente sólido.
Tuve un profesor en la universidad que siempre nos preguntaba, ¿por dónde empezar? Nosotros, jóvenes llenos de dudas, balbuceábamos la que creíamos que era la respuesta correcta del temario. El profesor nos cortaba enseguida: “un buen lugar para empezar siempre es por el principio”.
El principio de escalar no es ni la financiación, ni la estrategia de ventas, tampoco la distribución del producto o el servicio o como diseñar las operaciones para que aguanten el ritmo de crecimiento. El principio es algo que parece de lo más etéreo y que sin embargo es lo que más solidez puede dar a una empresa: los principios.
Y por principios estoy hablando de visión, misión y valores de una empresa.
La visión, la misión y los valores son importantes para el escalado porque su impacto es trascendental. Permea todos aspectos de la empresa y sirve para rellenar todos los huecos que no somos capaces de diseñar. Cuando estamos en mitad de la tormenta intentando que el barco se mantenga a flote son los principios los que ayudan al resto de la tripulación a saber lo que corresponde hacer.
Dejando las metáforas aparte, con unos principios bien definidos resulta más sencillo tomar decisiones estratégicas, mantener el foco en lo importante, acertar en los reclutamientos, establecer objetivos coherentes para toda la empresa, mantener las capacidades operativas en las distintas etapas de crecimiento y, sobre todo, fijar una cultura.
Empecemos hablando de visión y misión.
Visión y misión
En todos estos años, he visto cosas que no creeríais. Probablemente el ver descripciones de la visión y la misión de la empresa que entremezclan ambos conceptos y dejan claro que la empresa no tiene claro qué es qué, no es una de las más estridentes pero sí dice mucho de sus líderes. Por favor, no cometáis ese error. Queremos empresas que saben a donde van y qué van hacer para llegar a ese lugar. Así que lo primero que me gustaría hacer es definir con claridad cada uno de estos principios para luego abordarlos de manera práctica.
¿Qué es la visión?
La visión responde a una pregunta muy concreta: ¿cómo será el mundo si hemos tenido éxito? Si entendemos que una empresa está centrada en solucionar un problema, tenemos que ser capaces de hacer una descripción de cómo será la realidad cuando ese problema ya no exista. Probablemente estemos describiendo una realidad difícil de alcanzar en poco tiempo. ¿Por qué es importante definir algo tan lejano? Porque queremos que la visión se convierta en la estrella que guía la dirección de nuestra empresa. Para saber hacia donde vamos como organización. Los contextos cambiarán pero el horizonte hacia el que nos dirigimos estará siempre claro y podremos adaptarnos para seguir avanzando hacia él.
Vamos a usar como ejemplo la visión de ESCALAR:
La visión es ESCALAR es:
Un mundo en el que las empresas escalan con más facilidad logrando ser más competitivas y contribuyendo a un desarrollo económico más sostenible en favor de los países en los que operan y de las personas que viven en ellos.
¿Qué es la misión?
La misión es algo distinto. La misión responde a esta pregunta: ¿qué hacemos nosotros para alcanzar la visión? Es la descripción de las acciones y de las soluciones que aportamos para acercarnos ese mundo que vislumbramos. A diferencia de la visión, que está enfocada en el futuro, la misión está enfocada en el presente. Vamos a la misión de ESCALAR para verlo con más claridad:
La misión de ESCALAR es:
Incrementar el conocimiento disponible sobre cómo escalar compañías y llevarlo al mayor número de personas.
Ahora que tenemos algo más claros los conceptos, podemos trabajar los distintos criterios que conforman una buena visión y una buena misión.
Cómo redactar una buena visión
Aquí van algunos consejos para redactar bien la visión:
La visión trata sobre el mundo y no sobre nuestra propia organización. No debe hablar sobre nuestro proyecto o nosotros mismos. Esa es una de las grandes diferencias entre la visión y la misión. La visión habla sobre el mundo que queremos llegar a ver.
La visión debe ser ambiciosa. Muy ambiciosa. No importa que parezca imposible de alcanzar. Es fundamental que la visión marque ese horizonte aparentemente inasible. Aquí estamos para pensar en grande, para soñar y romper los límites. De hecho, la visión coincide con la ciencia ficción en eso de que, aunque pueda resultar imposible, tiene que ser siempre verosímil.
La visión debe resultar inspiradora. Estás dando forma al futuro y a todos nos gustaría vivir en un futuro mejor. Asegúrate de que tu visión es capaz de remover algo dentro de la gente cuando la escucha, que es capaz de hacer pensar a los demás o incluso llevarles a actuar. Debe ser algo a lo que valga la pena dedicarle una parte de tu vida.
Una cuestión formal para terminar: procura que tu visión sea breve y clara.
Recuerda, la visión responde a una pregunta muy concreta: ¿cómo será el mundo si hemos tenido éxito?
Mientras piensas en la visión de tu empresa, hagamos el ejercicio de analizar la visión de ESCALAR:
“Un mundo en el que las empresas escalan con más facilidad logrando ser más competitivas y contribuyendo a un desarrollo económico más sostenible en favor de los países en los que operan y de las personas que viven en ellos”.
Es externa: la visión de ESCALAR habla de cómo nos gustaría que fuera el mundo, no habla del proyecto.
Es ambiciosa: escalar es difícil, así que hacer que resulte más fácil ya es todo un reto. Que además sirva para beneficiar a las economías de los países y a las personas que los habitan, la hace todavía más ambiciosa. Pero es verosímil. Incluso realista, en este caso. Ese mundo puede llegar.
Es inspiradora: a mi me inspira y me mueve a hacer un poco para este proyecto cada día. También he podido verlo en los ojos de las personas en las que en este tiempo les he contado los objetivos de lo que queríamos hacer. Creo que en este aspecto también cumple.
Cómo articular bien la misión
Para redactar la misión, debemos pensar en responder también a una pregunta. ¿Qué labor va a realizar la empresa para contribuir a hacer realidad la visión? La importancia de la misión radica en explicar qué hace tu empresa para solucionar el problema.
Veamos cuáles serían los requisitos para redactar una buena misión:
Una misión tiene que ser coherente con la visión. Es decir, tiene que mostrar la relación entre las acciones que describe y la visión que queremos alcanzar. Solamente si es coherente, podrá ser una misión que consiga su objetivo. Tiene que existir una clara relación causa y efecto.
La misión debe ser realista. Esta es una de las diferencias con la visión. Aquí tenemos que describir cosas que podamos hacer realidad cada día, cada semana, cada mes, cada año. Tiene que ser realista para demostrar que podemos provocar ese cambio a través de nuestras acciones.
La misión debe estar enfocada en los demás. Una buena misión está enfocada en los que serán los principales beneficiarios de las acciones de la empresa: particularmente clientes, usuarios o incluso una comunidad específica. Esto significa que la misión no solo debe describir lo que hace la empresa sino también describir a quién está dirigida y cómo mejora su vida dando satisfacción a sus necesidades.
Y al igual que la visión, el contenido de la misión tiene que ser sucinto. Tenemos que ser capaces de condensar el conjunto de acciones que vamos a llevar a cabo para alcanzar la visión pero al mismo tiempo debemos hacerlo de una manera que condensemos en unas pocas ideas todo lo que vamos a hacer. No debe ser ni una lista exhaustiva de acciones ni tampoco una idea difusa.
Para redactar la misión, debemos pensar en responder también a una pregunta. ¿Qué labor va a realizar la empresa para contribuir a hacer realidad la visión?
Para ver cómo aplicar todo esto en la práctica, vamos a repetir el ejercicio con la misión de ESCALAR:
“Incrementar el conocimiento disponible sobre cómo escalar compañías y llevarlo al mayor número de personas”.
Es coherente: es fácil apreciar que puede haber una relación de causa y efecto entre incrementar el conocimiento sobre cómo escalar compañías y que en el futuro las compañías puedan escalar con mayor facilidad. Existe coherencia entre la misión y la visión que hemos establecido.
Es realista: cada acción que realizamos en ESCALAR va aumentando, poco a poco, los conocimientos disponibles sobre escalado. Difundiendo ese conocimiento lo llevamos al mayor número de personas que somos capaces de alcanzar. Ambas cosas son contrastables y dota de realismo a la formulación.
Está enfocada: es una misión enfocada en servir a las personas. En nuestro caso, no hablamos de emprendedores, ni de empresarios porque sabemos que hay también otras personas alrededor del proceso de escalado que no responden a esas categorías. También existen muchas otras que simplemente tienen interés en contribuir a una economía más sólida. Nuestro enfoque es servir a todos estos públicos. Aunque nuestro enfoque es amplio, la misión está enfocada en servir y cubrir las necesidades de los demás.
… y los valores
Entender la diferencia entre visión y misión es esencial, pero para que estos conceptos realmente cobren vida y guíen el devenir de una empresa, deben estar acompañados por un tercer pilar fundamental: los valores.
Los valores son los principios que definen cómo actuamos y tomamos decisiones en el día a día. Son los que aseguran que la misión se ejecute de manera coherente y que la visión se persiga con integridad.
En un próximo artículo, exploraremos cómo los valores ayudan a construir la visión y la misión, creando un marco sólido para escalar.
Buen artículo
Misión y visión suele ser verborrea corporativa